El miedo es totalmente natural y necesario para la supervivencia de la especie. Sin miedo no hubiéramos prosperado. Por lo que habrá que dejarlo de ver como un problema, a no ser que nos impida vivir la vida. En el caso de los perros ocurre lo mismo.
El miedo es una emoción primaria y es un sentimiento negativo hacia algo. Es importante saber identificarlo puesto que no solo se manifestará como lo tenemos pintado en la cabeza. Perro encogido, cola metida hacia dentro, huida, tembloroso. No solo un perro con miedo se mostrará de esta forma. Puesto que el miedo está relacionado con el estrés, perros con conductas derivadas de este serán perros con miedo. Hiperactividad, estereotipias, reactividad, exceso de sociabilidad o simpatía y agresividad entre otras. Por lo que una primera aproximación para trabajar los miedos será realizar una terapia de reducción de estrés.
Es importante recalcar que como es una emoción no se ve reforzada, simplemente el perro pasa por ella, la vive. Por lo que si demanda tu atención no te preocupes por acariciarle o estar con él. Algo muy equivocado es ignorar al perro, o incluso peor aún regañarle o castigarle. Lo mejor que puede ocurrir es que tu perro te vea en esos momentos como un apoyo en quien confiar.
Tenemos miedos de diferente intensidad y los podremos identificar viendo a nuestro perro como actúa ante él.
- Baja intensidad: es algo contradictorio puesto que el perro parece que quiere ir hacia lo que le causa miedo, pero va y viene. En esta intensidad el perro emite señales de calma para tratar de gestionar la situación. Es importante nunca llevar al perro a lo que le asusta. Podemos dar referencia nosotros yendo hacia a la fuente de temor e interactuar de manera calmada y natural. Hacer curva hacia eso que le causa miedo si identificamos que algo durante el paseo le causa este tipo de miedo. Este miedo es muy característico de cachorros y ante situaciones nuevas poco intensas.
- Intensidad media: aquí si no tenemos cuidado podemos agravar el miedo llevándolo a intensidad alta. Se puede identificar viendo en el perro señales de estrés más intensas (erizamiento, ladridos, reactividad), sigue habiendo señales de calma, el perro intenta gestionar la situación. Nos encontramos con un problema si dejamos al perro gestionar y sale airoso, genial nuestro perro se ha llevado un gran aprendizaje. Si no, el miedo puede hacerse más intenso, e incluso puede llegar a asociar algo negativo del entorno (generalización del miedo)
- Intensidad alta: el estrés se dispara, no hay señales de calma, el perro quiere huir o hacer que eso que le da miedo se vaya (conducta defensiva). No podemos hacer nada más que sacar al perro de manera segura y tranquila.
En siguientes artículos veremos cómo podemos ayudar a nuestros perros miedosos, si te ha gustado este articulo compártelo y ayuda a más gente a conocer a sus perros.